En algunas zonas de Colorado, los conejos silvestres presentan inquietantes crecimientos en forma de tentáculo. Los expertos han aclarado que se trata de una enfermedad viral inofensiva para humanos y mascotas.
En Fort Collins, Colorado, los residentes se enfrentan a una escena que parece sacada de una película de ciencia ficción: conejos salvajes con protuberancias negras y afiladas que sobresalen de sus cabezas o hocicos, similares a tentáculos o cuernos. Las imágenes y los videos, que se han viralizado en redes sociales, han generado una ola de preocupación. Pero los expertos son tranquilizadores: es una enfermedad conocida y... Virus del papiloma de Shope (SPV), una infección que afecta únicamente a los lagomorfos y no supone ningún riesgo para los humanos ni las mascotas.
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El virus del papiloma de Shope es un virus de ADN conocido por causar crecimientos queratinosos en la piel de los conejos, especialmente alrededor de la cabeza, los ojos y la boca. Estas protuberancias de aspecto inquietante pueden asemejarse a pequeños cuernos o púas y, en casos graves, dificultan la visión o la alimentación del animal.
La transmisión se produce principalmente por la picadura de insectos como mosquitos y garrapatas, que actúan como vectores mecánicos. A pesar de su aspecto llamativo, los tumores suelen ser benignos y no se transmiten a otras especies.
La condición ha sido bien documentada durante décadas e incluso inspiró el mito del “jackalope”, la legendaria liebre cornuda de la cultura popular estadounidense.
Los conejos afectados desarrollan crecimientos duros y oscuros que pueden alcanzar varios centímetros de largo. Residentes de Fort Collins, como Susan Mansfield, afirman haber observado a los mismos animales sobrevivir con esta enfermedad durante años. "Pensé que moriría en invierno, pero reapareció al año siguiente: el crecimiento era aún más notorio", declaró a los medios locales.
Las autoridades de la Parques y Vida Silvestre de Colorado (CPW) Se insta al público a no acercarse, tocar ni intentar alimentar a los conejos infectados. Se recomienda mantener la distancia, observar y dejar que la naturaleza siga su curso. En caso de avistamientos frecuentes o animales en peligro, se recomienda contactar directamente con los servicios de fauna silvestre pertinentes.
El virus recibe su nombre de Richard E. Shope, el virólogo que lo identificó por primera vez en 1933. Su investigación contribuyó a una mejor comprensión del vínculo entre las infecciones virales y el desarrollo del cáncer, allanando el camino para estudios posteriores de virus oncogénicos, incluido el VPH humano.
Hoy en día, aunque la enfermedad no tiene cura específica, los conejos pueden vivir con estos tumores durante años, a menos que comprometan funciones vitales como la visión o la alimentación. Los científicos continúan monitoreando la situación, tanto para proteger la vida silvestre como para profundizar nuestra comprensión de este patógeno único.