Las imágenes ya se han hecho virales: un burro atado y visiblemente asustado se lanza por una tirolesa suspendida. El incidente ocurrió en la región rusa de Daguestán, donde un supuesto operador turístico montó la perturbadora "actuación" con el objetivo de promover el turismo local. El video, que se viralizó rápidamente, desató una ola de indignación y condena en redes sociales. Muchos usuarios denuncian abiertamente la crueldad animal. El episodio ha reavivado el debate sobre el uso de animales con fines promocionales y podría tener repercusiones legales.
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El video, compartido en línea y difundido por varios medios internacionales, muestra a un hombre empujando un burro por una tirolesa suspendida entre dos colinas. El animal, visiblemente aterrorizado, es atado y liberado decenas de metros al vacío. Algunos espectadores, presentes durante la escena, reaccionan con risas y levantan sus celulares, ajenos a la gravedad de lo que está sucediendo.
El video también se publicó en YouTube, donde rápidamente acumuló decenas de miles de visualizaciones. Muchos se preguntaban cómo semejante acto podía siquiera concebirse como promoción turística.
El episodio ocurrió en Daguestán, una región rusa ubicada en el Cáucaso Norte. La zona es conocida por sus paisajes montañosos y sus iniciativas de turismo de aventura. Sin embargo, el uso de un animal para tal demostración conmocionó a muchos observadores, y también planteó interrogantes sobre la regulación de las actividades promocionales.
El supuesto organizador del evento aún no ha sido identificado oficialmente, pero según informes de medios locales, la intención declarada era llamar la atención sobre una nueva atracción turística. Un objetivo que, en efecto, fracasó en los medios.
Los comentarios en redes sociales no se hicieron esperar. En TikTok, Instagram y YouTube, el video generó una avalancha de reacciones indignadas. Frases como "Es un absoluto desprecio por la vida animal" y "Promover el turismo mediante la crueldad es inaceptable" resumieron el tono general del debate.
Las organizaciones defensoras de los derechos de los animales y los usuarios comunes exigen medidas contra los responsables. Muchos exigen la intervención de las autoridades rusas y subrayan la necesidad de leyes más estrictas contra el maltrato animal.
Esta no es la primera vez que ocurre un incidente similar en Rusia. En 2010, otro burro fue arrastrado por un parapente sobre el Mar de Azov como parte de una maniobra publicitaria. Ese caso también desató una ola de protestas y se abrió una investigación policial.
Según la legislación rusa, cualquier persona que cometa actos crueles contra los animales puede ser procesada penalmente. No se han presentado denuncias oficiales por el incidente en Daguestán, pero la atención internacional podría impulsar la intervención de las autoridades.
Aunque algunos justifican el gesto como una "actuación extrema" en un contexto de marketing, la mayoría del público lo considera un claro caso de maltrato animal. En este caso, parece haberse cruzado la línea entre el sensacionalismo y el maltrato.
El episodio plantea preguntas más amplias: ¿Es permisible utilizar animales para atracciones turísticas? ¿Hasta dónde se puede llegar con fines promocionales? El caso de Daguestán podría convertirse en un precedente simbólico en la lucha contra el maltrato animal.