Pasar horas pegado a la pantalla del móvil ya no es sólo un mal hábito: para un joven gamer asiático, se ha convertido en una pesadilla física. Después de meses de jugar durante más de ocho horas al día en una posición encorvada, el niño comenzó a tener dificultades para mantener la cabeza erguida. ¿El diagnóstico? Una enfermedad rara y preocupante llamada “síndrome de cabeza caída”. Un caso que pone de relieve las consecuencias extremas del abuso de la tecnología.
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El protagonista de la historia, cuyo nombre no ha sido revelado, comenzó a sentir un dolor persistente en el cuello, acompañado de una dificultad creciente para mantener la cabeza erguida. Después de consultar a un especialista, la respuesta llegó de la nada: “Síndrome de cabeza caída”, una rara condición que debilita los músculos del cuello hasta el punto en que es imposible sostener la cabeza. Todo esto, según los médicos, está causado por una postura excesivamente curvada mantenida durante largas sesiones de juego.
También conocido como síndrome de cabeza caída, el síndrome de cabeza caída es una condición neurológica y muscular que implica la debilidad de los músculos del cuello. Puede estar relacionada con patologías neurológicas, pero en algunos casos se desarrolla debido a una postura incorrecta mantenida durante periodos prolongados. El cuello se va debilitando progresivamente hasta ceder. El uso excesivo de teléfonos inteligentes y dispositivos digitales, especialmente con la cabeza inclinada hacia abajo, puede convertirse en un factor desencadenante.
Lo que puede parecer un caso extremo en realidad afecta a millones de usuarios digitales. Según los expertos, pasar muchas horas al día con la cabeza inclinada hacia el móvil supone una presión equivalente a varios kilos sobre la columna cervical. A largo plazo, este hábito puede causar dolor, rigidez muscular, inflamación y, en los casos más graves, daños estructurales permanentes. La historia del joven jugador es sólo la punta del iceberg de un fenómeno global.
Los médicos recomiendan medidas sencillas para prevenir los problemas posturales derivados de la tecnología: tomar descansos regulares cada 30-40 minutos, elevar el teléfono inteligente a la altura de los ojos, realizar ejercicios de estiramiento del cuello y, sobre todo, reducir el tiempo total que se pasa frente a la pantalla. En casos más graves, puede ser necesaria fisioterapia o el uso temporal de un collar ortopédico. Educar a los jóvenes para que utilicen los dispositivos de forma consciente es una prioridad de salud hoy en día.