Tienes mal aliento, es molesto, para todos. Sobre todo si la “culpa” es del ajo, un alimento que realmente tiene importantes beneficios para la salud. Pero quizás ahora los científicos hayan encontrado la solución definitiva. El yogur podría ser la clave para combatir el aliento con olor a ajo. Según investigadores estadounidenses, el yogur natural con toda la grasa ayuda a evitar que las sustancias químicas responsables de los efectos nocivos del ajo se dispersen en el aire.
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Las proteínas y grasas del alimento básico del desayuno ayudaron a atrapar los olores de las verduras. Los investigadores dijeron que el yogur griego, que tiene niveles de proteína más altos que la mayoría de los otros yogures, podría ser particularmente efectivo. Y en el futuro es posible que veamos la venta de yogures especiales ricos en proteínas con el objetivo de combatir el aliento a ajo, añadieron.
La profesora Sheryl Barringer, de la Universidad Estatal de Ohio, dijo: "Un beneficio secundario no deseado podría ser una formulación rica en proteínas que podría publicitarse como un refrescante para el aliento además de sus propiedades nutricionales". El profesor Barringer había demostrado previamente en una investigación separada que las manzanas, la menta y la lechuga pueden ayudar a reducir el aliento inducido por el ajo.
Su último estudio, publicado en la revista Molecules, examinó cómo el yogur interactúa con los olores del ajo en un laboratorio. Los investigadores colocaron rodajas de ajo crudo de 1 mm de grosor en viales de vidrio y agregaron 100 ml de yogur entero para ver cómo afectaba los niveles de olor. También probaron cómo el agua, la proteína de la leche y la grasa láctea afectan los niveles de olor, para ver qué partes del yogur causaban el efecto.
Se utilizó una máquina especial de espectrometría de masas para detectar los niveles de sustancias químicas de azufre liberadas en el aire, que son responsables del olor a ajo. El yogur entero redujo los compuestos a 99% para el ajo crudo y hasta 94% para el ajo frito. Tanto los componentes de proteínas como de grasas provocaron reducciones similares, mientras que el agua contribuyó menos.