A pocos metros estuvo a punto de colisionar un Boeing de British Airways, que sobrevolaba Windsor a 430 kilómetros por hora, y un dron ilegal. El casi accidente ocurrió justo después de que el Boeing 787 Dreamliner que transportaba a 216 pasajeros despegara de Heathrow con destino a Montreal, Canadá. Según el informe de la Junta Airprox del Reino Unido, el piloto vio el dron en la trayectoria de vuelo del avión a una altitud de 3.000 pies poco después de las 8 p.m. del 25 de julio.
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El informe afirma: “Era evidente que, aunque estaba muy cerca, el dron pasaría por debajo y hacia su izquierda. El dron era blanco y sin luces." Se dice que el avión pasó a unos 6 metros por encima del dron y a 18 metros de distancia en horizontal, lo que llevó al piloto a calificar el riesgo de colisión como alto. El informe lo clasificó como accidente de categoría A, lo que significa que existía un grave riesgo de colisión.
Los controladores aéreos confirmaron que el piloto había comunicado por radio que “habían pasado a un dron muy cercano por el lado izquierdo, cuando pasaban a 3.000 pies”. La información se transmitió a la torre de control de Heathrow “para que las salidas posteriores pudieran ser informadas del avistamiento”. yoUKAB, que evalúa los cuasi accidentes en el espacio aéreo del Reino Unido, concluyó: “En opinión del Consejo, la altitud informada y/o la descripción del objeto fueron suficientes para indicar que podría haber sido un dron.
"La Junta consideró que el relato general del accidente proporcionado por el piloto describía una situación en la que la providencia había jugado un papel importante en el accidente y/o existía un riesgo real de colisión". La altura a la que volaba el dron era más de siete veces la altura máxima legal habitual para dispositivos de 120 metros.
La mayoría de los drones vienen con un software que limita su altura máxima, pero puedes evitarlo utilizando equipos comprados en Internet. Se cree que el dron fue pilotado por alguien que intentaba obtener imágenes de vídeo de un avión en vuelo.
Los expertos en aviación han advertido durante mucho tiempo sobre el riesgo de que los drones dañen las ventanas de las cabinas o los motores de los aviones con resultados potencialmente catastróficos.
El operador del dron implicado en el accidente podría haber sido condenado a hasta cinco años de prisión por poner en peligro un avión si lo atrapaban. Se cree que nunca fueron rastreados. Un portavoz de British Airways dijo: "Nos tomamos estos asuntos muy en serio y nuestros pilotos informan de los incidentes para que las autoridades puedan investigar y tomar las medidas adecuadas".
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