Una mujer británica de 33 años murió congelada mientras practicaba senderismo en las montañas austriacas, donde pasó horas expuesta a temperaturas que, según informes, alcanzaron los -20 °C. Su novio, ahora investigado por homicidio involuntario, estaba con ella. Declaró a los investigadores que se había quedado dormido junto a su pareja, sin percatarse del peligro inminente. Al despertar, según el Daily Mail, la mujer no mostraba señales de vida. La tragedia ha dado lugar a una compleja investigación, con varios elementos aún sin esclarecer, y a un juicio en curso para determinar las responsabilidades.
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Según investigadores austriacos, la pareja había llegado a una zona montañosa para una excursión que debía durar varias horas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas empeoraron rápidamente, encontrándolos a una altitud donde las gélidas temperaturas se vuelven extremas por la noche.
La mujer, según informa la fuente británica, comenzó a mostrar signos de fatiga severa, hasta el punto de detenerse en el camino. La pareja no pudo regresar al valle y pasó la noche a la intemperie, sin refugio ni equipo adecuado para protegerse del intenso frío. Cuando las temperaturas descendieron drásticamente, la situación se volvió crítica en cuestión de horas.
Las autoridades, que llegaron a la mañana siguiente, encontraron a la mujer sin vida. Su novio, sin embargo, fue rescatado en estado de hipotermia, pero con vida. A partir de ese momento, se inició una investigación que dio lugar a la apertura de un proceso penal.
Durante las primeras etapas del juicio, el joven afirmó haberse acostado junto a su pareja para protegerla del frío, pero afirmó haberse quedado dormido poco después. Al despertar, según su versión, la mujer no respondía. Esta declaración planteó varias preguntas, lo que llevó al fiscal a impugnar el cargo de homicidio involuntario.
Los investigadores quieren determinar si el comportamiento del hombre fue imprudente o si realmente hizo todo lo posible para proteger a su pareja en una situación extremadamente peligrosa. La temperatura registrada durante la noche, según las reconstrucciones, alcanzó los -20 °C, un nivel de frío capaz de comprometer rápidamente las funciones vitales.
Durante las audiencias, los jueces evalúan testimonios, informes periciales y los acontecimientos de la noche, tratando de comprender si la tragedia era inevitable o si una intervención más oportuna podría haber cambiado el resultado.
Las condiciones climáticas en el lugar de descanso de la pareja son un factor clave en la investigación. En la montaña, especialmente durante el invierno, el frío puede volverse extremo de repente, y sin el equipo adecuado, el riesgo de hipotermia es extremadamente alto.
Según expertos citados por la prensa extranjera, la exposición prolongada a temperaturas inferiores a -10 °C puede causar hipotermia en menos de una hora. A -20 °C, la probabilidad de supervivencia se reduce drásticamente. Los rescatistas, alertados a la mañana siguiente, poco pudieron hacer por el hombre de 33 años, quien ya se encontraba en estado grave cuando llegó el equipo de rescate.
Sin embargo, el novio fue trasladado al hospital para recibir tratamiento inmediato por hipotermia. Su estado, aunque grave, le permitió sobrevivir y contar su versión de los hechos.
El proceso penal en curso busca determinar si la conducta del hombre fue negligente y si la muerte de la mujer pudo haberse evitado. El joven está acusado de homicidio involuntario, un delito que se aplica en Austria cuando se cree que una tragedia fue causada por imprudencia o descuido.
Quedan varios puntos sin resolver que el tribunal deberá aclarar:
El juicio, aún en curso, determinará si el hombre es responsable de la muerte o si lo ocurrido fue una trágica cadena de acontecimientos que no se podían haber evitado.