De estrella de redes sociales a presunta narcotraficante: Melissa Said, influencer brasileña de 23 años, fue arrestada tras meses prófuga. Según fuentes oficiales, está acusada de liderar una red internacional de narcotráfico que opera entre Brasil, Europa y Oriente Medio. La policía brasileña confirmó su arresto el 24 de octubre en Salvador, Bahía, durante la operación "Erva Afetiva". Said se escondía en casa de un amigo. La investigación, iniciada en 2024, culminó en el allanamiento de cinco propiedades y el descubrimiento de una presunta red que promocionaba cannabis a través de redes sociales, kits para fumar y consejos para evadir controles policiales. De ser declarada culpable, podría enfrentar hasta 25 años de prisión.
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Melissa Said era conocida en Instagram por su estilo de vida alternativo, la promoción del consumo de cannabis y su contenido a favor de la legalización de la marihuana. Había acumulado más de 340.000 seguidores, atraídos por sus fotos glamurosas, mensajes provocativos y contenido relacionado con la cultura de la marihuana. Sin embargo, en 2024, las autoridades brasileñas comenzaron a investigarla tras ser encontrada en posesión de sustancias ilegales en el aeropuerto.
A partir de ese momento, según los investigadores, surgió una red mucho más compleja: Said no solo promovía el consumo personal, sino que participaba activamente en la distribución de cannabis y derivados, aprovechando su fama para crear un sistema de ventas y fidelización. Su página, según la policía, se convirtió en una especie de escaparate ilegal.
El operativo que condujo a la detención de Melissa Said se denomina "Erva Afetiva" (traducido como "hierba cariñosa") y en él participaron agentes de la policía civil del estado de Bahía. Tras semanas de seguimiento y registro, los agentes allanaron la vivienda donde la joven se había refugiado en Salvador.
Al mismo tiempo, se allanaron otras cinco propiedades vinculadas a ella y a su presunta red, ubicadas entre Bahía y São Paulo. Según el comunicado oficial de la policía, Said está imputada por tres delitos principales: promoción del consumo de drogas, tráfico de drogas y asociación ilícita.
Según fuentes, la cantidad de droga transportada superó los 36 kg, incluyendo cannabis "skank", hachís y otros derivados. Además, se incautaron documentos, teléfonos celulares y supuestas listas de clientes.
El caso de Melissa Said también causó revuelo por la forma en que supuestamente explotó su influencia en línea. Las autoridades sostienen que su contenido no era simplemente una provocación ni mensajes a favor de la legalización, sino parte de una auténtica estrategia promocional.
La joven presuntamente publicaba regularmente videos y publicaciones con kits para fumar, instrucciones sobre cómo empaquetar las dosis y consejos para evitar los controles durante los viajes. Parte de este contenido era visible para menores y, según la fiscalía, constituía una forma de incitación.
Las Historias de Instagram se usaban para comunicaciones temporales y los mensajes directos con los seguidores se usaban para gestionar pedidos, citas y entregas. Este tipo de comunicación se diseñó para ser rápida, efímera y difícil de rastrear.
Tras su arresto, Melissa Said fue trasladada a un centro de detención temporal en espera de una audiencia preliminar. El código penal brasileño prevé penas severas para los delitos de los que se le acusa, especialmente si la actividad se considera parte de una organización criminal.
Los cargos incluyen tráfico internacional de drogas, promoción pública del consumo de drogas y conspiración para delinquir. De ser declarado culpable de todos los cargos, la pena podría ser de hasta 25 años de prisión.
Mientras tanto, sus perfiles en redes sociales siguen activos, pero sus últimas publicaciones datan de antes de su arresto. Ni sus abogados ni su familia han emitido ningún comunicado oficial, mientras continúa la investigación sobre posibles cómplices y financistas.