En menos de 30 segundos, ya se ha convertido en el video más comentado del día. Trump extiende la mano con su clásico gesto de líder, pero Friedrich Merz, el canciller alemán, no se deja intimidar: lo bloquea con decisión. Un apretón frío y rápido que se viralizó de inmediato en internet.
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Es el 5 de junio de 2025, en la Casa Blanca, durante la primera reunión presencial entre Trump y el nuevo canciller Merz. Si bien el tema central de la reunión gira en torno a la OTAN, Ucrania y la defensa, el intercambio más viral se produce con un apretón de manos simbólico.
No pasa desapercibido: Trump intenta imponer su autoridad con su autoridad habitual, pero Merz lo detiene con un gesto decisivo, demostrando “quién manda” o, mejor dicho, quién no se somete.
Se ha convertido en un símbolo: Merz no es un político europeo complaciente. Demuestra independencia y el deseo de representar una Alemania fuerte y autónoma. Un "no" silencioso que vale más que mil palabras.
El tema candente sigue siendo la guerra en Ucrania. Trump sugiere dejar que las partes se peleen como niños peleándose, pero Merz lo corrige, señalando firmemente a Putin como la causa de la invasión ruso-ucraniana.
Merz sorprende a Trump con un regalo personal: el certificado de nacimiento alemán de su abuelo, Friedrich Trump. Un gesto simbólico y cálido que rompe el hielo.
¿El momento más tenso? Un comentario de Trump sobre el Día D, que calificó como "un día desastroso" para los alemanes. Merz lo corrige rápidamente: "Fue la liberación de la dictadura nazi". La tensión diplomática persiste.
A pesar de los contrastes, el clima se define como "constructivo": Merz confirma su confianza en la alianza de la OTAN y en el apoyo estadounidense, mientras que Trump insinúa nuevas medidas comerciales contra la UE.
Una de las reacciones más curiosas vino de TikTokEl gesto ya ha sido repetido varias veces. La canciller también recibió elogios de los medios alemanes: «Respuesta respetuosa, pero firme».
No es solo un apretón de manos. Cuando Donald Trump agarra con fuerza el antebrazo de su interlocutor y lo atrae hacia sí, transmite un mensaje preciso: dominio. Ha sido su sello distintivo durante años, analizado en numerosas ocasiones por expertos en lenguaje corporal.
Según Patti Wood, autora estadounidense y experta en comunicación no verbal, «Trump usa el apretón de manos como su primera prueba de fuerza. Quiere saber si la otra persona cederá o se resistirá». Y esta vez, Merz se resistió.
En X y TikTok, el gesto ya es objeto de remixes y slow motion, con memes que comparan esta escena con otras similares del pasado: desde Macron “devolviendo” los apretones de manos a Trump hasta la congelación con Angela Merkel.