Una escena de una película, pero todo es real. Una ola de mal tiempo ha azotado el sitio arqueológico de Petra, en Jordania, provocando un auténtico “tsunami” en los estrechos cañones de la ciudad nabatea. En cuestión de minutos, el cielo se abrió en un violento aguacero que transformó el famoso Siq, el largo paso que conduce al Tesoro (Al-Khazneh), en un torrente furioso.
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Las impresionantes imágenes muestran el agua precipitándose entre las rocas, arrasándolo todo. Los turistas fueron tomados por sorpresa y huyeron, buscando refugio frente a la fachada del famoso monumento tallado en la roca. Vehículos de las fuerzas de seguridad y del personal del parque acudieron para facilitar la evacuación.
Según las autoridades locales, se trató de una lluvia excepcional que en pocas horas descargó el equivalente a un mes entero de agua. El fenómeno provocó la inundación de varias zonas del lugar y desencadenó una alerta roja en toda la región de Ma'an.
Petra, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ya ha sufrido sucesos similares en el pasado, pero las imágenes de hoy muestran un nivel de intensidad sin precedentes. Las autoridades jordanas están evaluando los posibles daños estructurales, aunque de momento no se han reportado heridos.
El video, compartido en las redes sociales, muestra cascadas cayendo con fuerza desde la pared del Tesoro, creando una escena de un poder visual poco común. Las instantáneas publicadas por los turistas muestran el momento en que el río de agua comenzó a fluir por los cañones, mientras las sirenas de los coches de policía resonaban en la garganta.
Los equipos de emergencia evacuaron a cientos de visitantes y suspendieron temporalmente el acceso al sitio. “La seguridad de los visitantes es nuestra prioridad”, dijo un portavoz del Ministerio de Turismo de Jordania. A pesar del pánico inicial, la evacuación se produjo de forma ordenada.
El episodio reaviva la alarma sobre los riesgos climáticos para los sitios arqueológicos. Petra es una maravilla arquitectónica excavada en la roca, pero también es extremadamente vulnerable a los elementos. Lluvias tan violentas pueden comprometer la estabilidad de estructuras milenarias.
Sí, Petra ha experimentado acontecimientos similares en el pasado. Las inundaciones repentinas son uno de los principales peligros naturales para el sitio, especialmente durante los períodos de lluvia. En 2018, por ejemplo, otra inundación obligó a la evacuación de miles de turistas y causó graves daños a la infraestructura turística. Los estrechos barrancos del Siq pueden convertirse rápidamente en canales de drenaje de agua, lo que supone un peligro para quienes pasan por ellos.
Cañones como los de Petra son colectores naturales de lluvia. Cuando las lluvias son fuertes, el agua de lluvia fluye por las laderas rocosas y rápidamente hacia las gargantas, donde no puede drenar a tiempo. Esto crea una especie de efecto embudo, en el que el flujo de agua aumenta rápidamente y puede dar lugar a verdaderas olas repentinas, similares a un tsunami en miniatura.
El cambio climático está aumentando la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales e inundaciones repentinas. Los sitios arqueológicos al aire libre como Petra son particularmente vulnerables: el agua puede erosionar estructuras talladas en la roca, dañar rutas de visitantes y hacer que áreas sensibles sean inaccesibles. Las variaciones de temperatura y el viento también contribuyen al deterioro de los edificios antiguos.
Las autoridades jordanas son muy cuidadosas con la seguridad de los visitantes. Después de un evento climático extremo, el sitio se cierra temporalmente, se inspecciona y se asegura antes de volver a abrir. Sin embargo, siempre es recomendable consultar las condiciones meteorológicas antes de visitar Petra, especialmente en los meses de invierno y primavera, cuando las lluvias fuertes son más frecuentes.