El virus Covid "se escapó" de un laboratorio en China: el FBI y la CIA "encubrieron" la noticia

El virus Covid "escapó" de un laboratorio de investigación en China y los servicios secretos estadounidenses lo sabían pero "encubrieron" el caso ocultando algunas informaciones incluso al presidente Biden. Esto es lo que escriben los periódicos estadounidenses después de años de investigaciones. Los líderes de los servicios de inteligencia estadounidenses han "silenciado" a investigadores del Departamento de Defensa y del FBI que descubrieron pruebas contundentes de que el COVID-19 probablemente se escapó de un laboratorio chino.

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Los resultados de su investigación fueron excluidos del informe de agosto de 2021 entregado al presidente Biden en el que se pedía descubrir los orígenes de la pandemia mundial. Ese informe concluyó que el virus subyacente al COVID “probablemente no fue modificado genéticamente”. Después del estallido de la pandemia en Wuhan, China, tres científicos de la Agencia de Inteligencia de Defensa comenzaron a intentar comprender exactamente de dónde venía: si el SARS-CoV-2 saltó de los murciélagos a los humanos o si el virus fue creado por el hombre y resultó de un accidente de laboratorio.

Muchas pistas sobre la fuga del Covid del laboratorio

La teoría del “origen zoonótico” ha sido defendida por miembros poderosos del establishment de la salud pública, incluido el Dr. Anthony Fauci, y las preguntas sobre una posible “fuga de laboratorio” han sido descartadas repetidamente como una teoría de conspiración. Pero el análisis de los investigadores ha reunido decenas de datos a favor de una fuga del laboratorio, ante una "escasez de pruebas que apoyen la teoría del origen natural", afirmó al Post una fuente familiarizada con su investigación.

El análisis fue realizado por John Hardham, Robert Cutlip y Jean-Paul Chrétien, tres científicos del Centro Nacional de Inteligencia Médica de la Agencia de Inteligencia de Defensa, que tiene la tarea de examinar las amenazas potenciales que plantean las armas biológicas y las enfermedades infecciosas peligrosas. Hicieron varios descubrimientos condenatorios. El virus COVID contenía una característica que facilitaba su transmisión a los humanos, construida de manera similar a la descrita en un estudio chino de hace años. Un investigador militar chino solicitó una patente para una vacuna contra el COVID-19 pocas semanas después de que el virus fuera secuenciado por primera vez en 2020 (luego murió después de caer del infame techo del Instituto de Virología de Wuhan, según investigadores estadounidenses). Los investigadores del WIV colaboraron con investigadores estadounidenses que los capacitaron para crear virus sin dejar rastro de su proceso de ingeniería.

En lugar de amplificar estos hallazgos, fueron prácticamente ignorados mientras la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, preparaba su informe sobre los orígenes del COVID, ordenado por Biden en mayo de 2021. Los jefes de espionaje también prohibieron a los científicos compartir información con el Congreso, incluso después de que el senador Chuck Grassley lo solicitó específicamente en una carta de marzo de 2021, o para refutar un documento de mayo de 2020, entonces deshonrado, solicitado por Fauci. que buscaba desacreditar la teoría de las fugas de laboratorio.

También se les dijo que no compartieran sus hallazgos con el FBI, la única agencia de inteligencia estadounidense que había llegado a la conclusión de que la teoría más probable detrás del COVID era una fuga de laboratorio, agregaron las fuentes, según informó el New York Post. Según el Wall Street Journal, que fue el primero en informar sobre la exclusión de los científicos, al científico del FBI Jason Bannan y su equipo que dirige la investigación paralela tampoco se les ofreció una invitación a la sesión informativa de la Casa Blanca.

La evaluación genómica que sustenta la tesis del laboratorio

Cutlip, Hardham y Chrétien en su investigación habían determinado que una región de una “proteína de pico” que permitía que el virus ingresara a las células humanas reflejaba los métodos descritos en un artículo chino de 2008 desarrollado en el Instituto de Virología de Wuhan. El estudio fue publicado por investigadores del ahora infame Instituto de Virología de Wuhan (WIV), donde el gobierno de Estados Unidos financió la llamada investigación de “ganancia de función”, que aumenta la infectividad de los virus, mucho antes de la pandemia.

Patente de vacuna presentada “demasiado pronto”

La Dra. Shi Zhengli, la infame “dama murciélago” del WIV, y su equipo de virólogos también se capacitaron en sus técnicas en un laboratorio estadounidense en Galveston, Texas, donde aprendieron a crear un genoma completo de coronavirus con un “ensamblaje perfecto”. según fuentes cercanas a la investigación que creen que el truco probablemente se utilizó para desarrollar el virus SARS-CoV-2. Además, Zhou Yusen, un investigador militar chino que trabajó con el WIV, solicitó una patente para una vacuna COVID el 24 de febrero de 2020, una hazaña que debió haber requerido al menos seis meses de trabajo para completarse, a pesar del SARS-CoV- 2 no se secuenció completamente antes de finales de enero de 2020.

El resultado del supuesto encubrimiento es que Haines informó a Biden que el consenso de inteligencia sobre los orígenes del COVID en 2021 era que el virus saltó de los animales a los humanos. En ese momento, al menos cuatro agencias de inteligencia, junto con el Consejo Nacional de Inteligencia, un grupo de altos funcionarios de inteligencia supervisados por Haines, creían que la transmisión zoonótica era la explicación más probable, según un informe del Wall Street Journal.

En particular, la CIA y al menos otras dos agencias han adoptado una posición neutral sobre los probables orígenes del virus. Un portavoz del director de la Oficina Nacional de Inteligencia dijo al Wall Street Journal que los funcionarios de agencias individuales normalmente no se presentan a esas sesiones informativas para el presidente. El portavoz también afirmó que en la sesión informativa se habían incluido varias perspectivas. Se cree que el virus COVID-19 ha causado la muerte de casi 5 millones de personas en todo el mundo desde su aparición a finales de 2019 y principios de 2020.