Tres días duró la caza del oso que se había colado en un supermercado en Japón y, tras tener un exceso de carne en la carnicería, mutiló a un empleado. El animal fue perseguido por las autoridades y capturado con trampas que utilizaban miel, manzanas y pan para atraerlo. Luego lo pusieron a dormir antes de sacrificarlo.
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Este es un período particularmente peligroso en Japón dado el creciente número de encuentros entre personas y osos que abandonan su hábitat natural para buscar comida antes de los meses de invierno. Las autoridades han advertido a los residentes y les han aconsejado que tomen precauciones, incluso a aquellos que viven en zonas urbanas. Si bien se espera que algunos osos comiencen pronto a hibernar, las autoridades advierten que otros pueden continuar buscando comida durante el invierno. Hasta ahora, las autoridades han informado de 219 heridos, incluidas seis muertes, por ataques de osos en casi la mitad de las prefecturas de Japón entre marzo de 2023 y marzo de 2024.
Durante la última década, la población de osos en Japón ha aumentado: se estima que hay alrededor de 44.000 osos, casi el triple de los 15.000 registrados en 2012.
Hokkaido está excluido de este recuento, pero se supone que sólo allí viven poco menos de 12.000 osos pardos Ussuri, cuya población se ha más que duplicado desde 1990. La despoblación rural y las cosechas inconsistentes de alimento para osos en sus hábitats naturales han sido citadas como los factores principales causas del aumento de encuentros. Los expertos señalaron la constante disminución del número de niños en el campo, que normalmente eran lo suficientemente ruidosos como para ahuyentar a los osos.
Akita ha experimentado un aumento de reuniones, al igual que muchas otras prefecturas. El año pasado, un oso mutiló a varias personas que esperaban en una parada de autobús, mientras que otro le arrancó parte de la oreja a un hombre en un incidente separado.