Un temerario francés de 22 años ha batido el récord mundial de "zambullida de la muerte", saltando desde una vertiginosa altura de 44 metros. Al igual que Girardot, originario de Burdeos, logró su hazaña en la cascada de La Cimbarra, cerca de la localidad de Aldeaquemada, en el centro de España. Las condiciones meteorológicas durante el salto no fueron las óptimas, con un fuerte viento que complicó aún más todo.
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Sin embargo, Girardot no se desanimó e intentó batir el récord mundial en Dods Diving, el estilo original noruego de “inmersión mortal”. Luego compartió un video impresionante de su salto en las redes sociales, en el que se le puede ver cayendo por el acantilado hacia el agua.
“Entrar al club de los 40 metros ha sido mi objetivo desde mi último récord mundial en los 36 metros”, escribió Girardot en una publicación de Instagram. “Me llevó ocho meses de planificación, con altibajos, ¡pero finalmente lo logré!” La inmersión duró apenas tres segundos y Girardot alcanzó una velocidad de unos 106 km/h en caída libre. En una entrevista con MailOnline, el joven, que bucea desde hace cinco años, afirmó que los meses que precedieron al salto récord fueron "realmente intensos". Su entrenamiento incluyó inmersiones diarias para acostumbrar su cuerpo al impacto del agua.
Girardot también reveló que la parte más difícil de todo el salto fue la cuenta regresiva antes de saltar. “Una vez que empiezas a contar hasta tres, no puedes retroceder, sólo tienes que saltar”, explicó. “Además, el viento fue un verdadero problema ese día, hubo una ráfaga muy fuerte”, añadió destacando cómo el viento afectó su concentración.
Girardot también le dijo a MailOnline que documentó su viaje hacia el salto récord en una película que se estrenará en YouTube. Cuando se le preguntó cuáles son sus planes futuros después de batir un récord mundial, dijo que estaba abierto a "intentar un salto aún más alto en el futuro". El anterior récord mundial de buceo del Dods lo estableció en agosto el suizo Lucien Charlon, que saltó desde una altura de 41,7 metros.
Dods Diving (que significa “muerte” en noruego) fue inventado en Noruega en 1969. Se diferencia del buceo acrobático tradicional en que, en lugar de entrar al agua con los pies hacia adelante, los buceadores de Dods Diving abren ampliamente los brazos y las piernas en forma de estrella. saltar, volar horizontalmente hacia el agua sin realizar acrobacias ni rotaciones.
Justo antes de impactar el agua, el buzo se acurruca en posición fetal para reducir el impacto. Para este deporte extremo, los jueces evalúan cuatro criterios principales: la carrera previa, donde cuentan la velocidad y la potencia del salto desde la plataforma; vuelo controlado con posibles trucos; entrada al agua, donde se obtienen más puntos por una entrada más horizontal; y la impresión general, que se centra en la fluidez de cada salto.
Tradicionalmente, la mayoría de deportistas que practican esta forma extrema de buceo proceden de Noruega. Sin embargo, en los últimos años, también estadounidenses, españoles, franceses y daneses se están abriendo camino hacia la cima de este deporte.