La película Late Night With The Devil obtuvo cifras alarmantes en su primer fin de semana en taquilla y cuando decimos miedo lo hacemos desde un punto de vista simbólico: en realidad se llevó a casa 666.666 dólares. Un inquietante doble de 666 o el número del diablo. Protagonizada por el ícono de Dark Knight y Captives, David Dastmalchian, la escalofriante película de terror sigue al presentador de un programa de entrevistas nocturno Jack Delroy cuyo misterioso pasado regresa para perseguirlo durante un episodio especial de su programa de televisión Night Owls.
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La película Found Footage se compone de cintas del fatídico episodio de Halloween de 1977, así como de fragmentos detrás de escena del terror en el set. Se ha ganado una reputación aterradora desde sus primeras proyecciones, y Stephen King incluso hizo todo lo posible para instar a la gente a ver la película. Tras su estreno en cines el viernes, la película recaudó la friolera de 2,8 millones de dólares (2,21 millones de libras esterlinas en su primer fin de semana), recaudando unos muy apropiados 666.666 dólares (528.319 libras esterlinas) sólo el domingo (según Variety). Una extraña señal del destino.
666 es el número que provoca escalofríos y asombro. Un enigma fascinante que ha alimentado la imaginación colectiva durante siglos y que tiene sus raíces en el Libro del Apocalipsis. El Apocalipsis nos habla de una bestia feroz de siete cabezas y diez cuernos, cuyo número es 666. Pero ¿qué significa esto? A partir de aquí se desata un vórtice de interpretaciones que incluyen simbolismos numéricos, juegos de letras y alusiones históricas. Hay quienes ven el 666 como el símbolo de la imperfección, lo opuesto al número 7 que representa la perfección divina. Un número imperfecto al cubo, como para subrayar su abismal distancia de lo divino.
Otros, sin embargo, lo interpretan como un código oculto, el nombre en clave de un antiguo emperador romano, Nerón, perseguidor de los cristianos. O como la figura que identifica al Anticristo, la figura maligna que se opondrá a Dios en la batalla final. Pero el 666 no es sólo un número religioso. Sus interpretaciones se extienden a diferentes ámbitos, asociándolo a sistemas políticos opresivos, al mal en todas sus formas o incluso al mismo diablo. Independientemente de las diferentes interpretaciones, una cosa es segura: el 666 tiene un encanto irresistible. Un misterio que despierta nuestra curiosidad y nos invita a reflexionar sobre el tema del bien y del mal, la perfección y la imperfección, lo divino y lo humano.
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