El escándalo benéfico vinculado a las iniciativas de marketing de Chiara Ferragni sigue vigente, pero hay un giro: una de sus más fervientes acusadoras, Selvaggia Lucarelli, ahora la defiende. Evidentemente no se trata de un cambio de rumbo sino de una postura correcta ante el último caso que estalló contra la influencer, el de los muñecos. Trudi, una empresa fabricante de juguetes de peluche, negó cualquier relación con Chiara Ferragni durante una operación de marketing en 2019. Selvaggia Lucarelli retomó las publicaciones de Trudi en Instagram que niegan esta posición.
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Pero vayamos en orden. Trudi, la empresa que produce juguetes y peluches, ha negado los rumores de prensa de que estaría involucrada en actividades caritativas relacionadas con la muñeca con la imagen de Chiara Ferragni. La empresa aclaró que ni el embalaje ni el propio muñeco nunca informaron ninguna comunicación relativa a acciones benéficas. Trudi fue contactada en 2018 por la empresa Tbs Crew exclusivamente para el desarrollo y producción de la muñeca.
Giochi Preziosi, que adquirió Trudi en 2019, también declaró que no participó en ninguna operación realizada por la anterior dirección de la marca. La empresa se reserva el derecho de emprender acciones legales en caso de información incorrecta y engañosa que perjudique la marca. La investigación de la fiscalía de Milán sobre el asunto de la muñeca mascota ve a Chiara Ferragni investigada por fraude agravado. En su momento la influencer anunció que las ganancias por la venta del muñeco irían a parar a Acabar con el acoso, una organización sin ánimo de lucro que lucha contra el ciberbullying.
Y así llegamos a Selvaggia Lucarelli quien publicó en Instagram algunas imágenes que dan una visión diferente de esta historia. Se pueden ver los posts de Trudi enviados en su momento en los que hacen referencia con hashtags tanto a la iniciativa antibullying como a la noticia de que el muñeco se agotó en la web de Ferragni. “No tanto extraños”, escribe Lucarelli, refiriéndose a Trudi.
Una defensa un tanto inesperada dado que los dos influencers no son amigos en absoluto pero se enfrentan a la misma situación crítica. Ferragni por el caso benéfico y Lucarelli por el suicidio del restaurador de Lodi atraviesan una grave crisis de imagen. En maneras diferentes. Si Lucarelli sigue manteniendo su perfil de Instagram abierto a los comentarios de quienes "no la aman", Ferragni no lo hace. Recientemente empezó de nuevo publicar contenido y comentarios los abre solo a amigos y familiares. Diferentes formas de gestionar la situación, pero por otro lado son dos personajes opuestos a su vez. Quién sabe si haber enfrentado el mismo problema al final los unirá más.
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