Un alemán de 32 años ha muerto tras una fallida operación de agrandamiento de pene. Al hombre de 32 años, cuyos detalles no fueron revelados, le inyectó aceite de silicona (un lubricante) en sus genitales un hombre que se hacía pasar por médico pero en realidad era trabajador de un restaurante. Siete meses después de la inyección la víctima murió de sepsis.
El hombre acusado de realizar el procedimiento, que se hace llamar Torben K, no tiene ninguna cualificación médica, según los fiscales que investigaron. Publicitó sus intervenciones a través de un anuncio en línea. La víctima recibió la inyección en el pene y el escroto en 2019 en el apartamento de Torben K, de 46 años, en la ciudad de Solingen.
Según los informes, la víctima comenzó a tener problemas respiratorios poco después de regresar a su casa en Hesse, una región en el centro de Alemania. Según los medios locales, buscó ayuda en el Hospital Universitario de Giessen y luego pasó meses en agonía en una unidad de cuidados intensivos. Los fiscales dicen que las inyecciones provocaron que la víctima desarrollara sepsis, una reacción exagerada del sistema inmunológico del cuerpo debido a una infección.
El fiscal estatal Wolf-Tilman Baumert dijo a los medios locales: “Desafortunadamente, el aceite de silicona terminó en el torrente sanguíneo de la persona. "Esto provocó graves complicaciones de salud y, en última instancia, su muerte". Y añadió: “El hecho de que el hombre pidiera tratamiento es irrelevante desde nuestro punto de vista. El acusado actuó de manera sumamente inmoral”.
El juicio está actualmente en curso y se espera el veredicto a finales de este mes. Las inyecciones de silicona líquida para el agrandamiento genital se utilizan desde hace años, a pesar de los riesgos que implican. Actúan haciendo que el sistema inmunológico del cuerpo reaccione a la sustancia extraña formando una masa espesa llamada granuloma. Esto, en teoría, aumenta el tamaño y el grosor del tejido inyectado, dando a los hombres los genitales más grandes que desean.
Sin embargo, este procedimiento cosmético está prohibido en el Reino Unido debido a los graves riesgos que implica. Uno de los principales riesgos es una afección llamada siliconama. Aquí es donde se produce una reacción inflamatoria grave a la silicona en los tejidos después de la inyección, que luego debe retirarse. La cirugía para eliminar la silicona suele ser la única solución, pero el daño suele ser permanente.